xa on Sat, 19 Jan 2002 20:13:06 +0100 (CET) |
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[nettime-lat] Agroterrorismo: la biotecnología como arma |
Agroterrorismo: la biotecnología como arma La guerra contra el campo Pat Roy Mooney La Jornada En un mundo en el que un puñado de empresas trasnacionales dominan la biotecnología agrícola, en el que la tecnología Terminator (modifica genéticamente las plantas para que produzcan semillas estériles) es la plataforma sobre la cual se emprenden todos los nuevos experimentos de mejoramiento biotecnológico, no es difícil creer que las empresas o los gobiernos usen la tecnología para imponer su voluntad.Una disputa sobre el comercio de textiles con el sur de Asia, por ejemplo, podría conducir a que Estados Unidos negarael permiso de exportación de un herbicida modificado, necesariopara asegurar el rejuvenecimiento de las semillas de algodón portadoras de la secuencia Terminator.El ecoterrorismo podría resultar mucho más barato y rápido como medio para resolver disputas comerciales que los procesos de arbitraje de la OMC... y para someter a otros países En junio de 1999, Scientific American publicó un asombroso informe de investigadores de la Universidad de Bradford, Gran Bretaña, que describía la guerra biológica vegetal y animal en Sudáfrica, Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia e Irak. Parte de esa historia se remonta a la Segunda Guerra Mundial o a la guerra de Vietnam, pero el trabajo de Irak tuvo lugar en los noventa e incluía la bioingeniería de patógenos del trigo que podrían haber devastado la seguridad alimentaria en el Medio Oriente. 1 En realidad, el agroterrorismo como táctica entre las grandes potencias no es la excepción sino la regla. En la Primera Guerra Mundial los franceses desarrollaron patógenos para aniquilar los animales de la caballería alemana y los alemanes lanzaron una elaborada estrategia que arrasó el ganado de Rumania y el ganado y el trigo almacenado (para ser exportado a los aliados en Europa) en Argentina y posiblemente en otros países de Sudamérica. La campaña alemana también se dirigió contra embarques de caballos de guerra y de tiro en el este de Estados Unidos y a lo largo de todo el frente occidental. 2 Es ampliamente reconocido que Estados Unidos trató de destruir la cosecha de trigo de Vietnam del Norte en los sesenta e intentó diseminar enfermedades entre los cultivos de exportación de Nicaragua a fines de los setenta. También existen rumores creíbles de que Estados Unidos -o disidentes apoyados por él- han atacado cultivos y animales en Cuba. Los hongos-bomba En un estudio de la campaña de Estados Unidos para eliminar los cultivos de narcóticos en los Andes, Edward Hammond (ex integrante de RAFI y actualmente director del Proyecto Sunshine) descubrió que tanto Estados Unidos como Gran Bretaña han canalizado fondos a través del programa antidrogas de la ONU para obtener acceso a hongos microscópicos manipulados para convertirlos en armas en Uzbekistán (cuando esa república todavía formaba parte de la URSS). Tanto los hongos como los científicos contribuyen en la investigación de Estados Unidos. Hammond señala que el plan estadunidense de rociar desde aviones hongos genéticamente modificados aún no ha sido aprobado por el gobierno colombiano. 3 Sin embargo, a mediados de 2000, con miles de millones de dólares de fondos de ayuda destinados a Colombia, la aprobación de la asistencia financiera pasó a depender de la disposición de Colombia a permitir la experimentación de armas biológicas contra sus cultivos de narcóticos. Eso es una presión intolerable. Incluso la investigación de esos hongos y su almacenamiento deberían ser vistos como una violación al Tratado sobre Armas Biológicas de la ONU. Entre marzo y julio de 2000 me reuní con organizaciones de la sociedad civil, agrónomos y funcionarios gubernamentales en talleres sobre biotecnología en La Paz, Sucre y Cochabamba, Bolivia. A pesar de que ese país sería el primer y principal blanco de las armas biológicas para destruir los grandes cultivos de coca, ni un funcionario o científico había oído hablar de la propuesta de utilizar ese país como conejillo de Indias en materia de hongos bélicos. Incluso, altos funcionarios del Ministerio del Medio Ambiente boliviano, que se ocupan de problemas de bioseguridad, afirmaron no tener idea. Justo en medio de un centro de megadiversidad vegetal en los Andes, la guerra biológica podría representar una amenaza terrible contra la seguridad alimentaria no sólo de Bolivia sino del mundo entero. En noviembre de 2000, en una carta a Edward Hammond, la ONU confirmó categóricamente que había abandonado todos los planes para usar armas biológicas en su guerra contra las drogas en Sudamérica. La decisión de abandonar la iniciativa posiblemente se tomó en julio, después de que el gobierno colombiano se negó a ceder a las presiones estadunidenses y se unió a Perú y Ecuador en la oposición al peligroso plan. Aparentemente, es posible que sólo Bolivia haya accedido a apoyar la estrategia de Estados Unidos y la ONU. Aparte del artículo de Scientific American, en junio de 1999 hubo otros dos acontecimientos que aceleraron la inquietud pública. Primero, Floyd Horn, director del Servicio de Investigación Agrícola (ARS, por sus siglas en inglés) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), declaró al Philadelphia Inquirer que estaba seriamente preocupado por la posibilidad de que el "agroterrorismo" atacara cultivos genéticamente uniformes en Estados Unidos. 4 Al parecer, Horn y su asistente han estado estudiando el problema durante algún tiempo e incluso han asistido a reuniones de información de la OTAN sobre este tipo de amenaza. 5 El Terminator Los artículos de Scientific American y el Inquirer aparecieron en los mismos días en que en Montreal había una reunión sobre el Convenio sobre Diversidad Biológica de la ONU para discutir el informe de un panel científico, encabezado por el doctor Richard Jefferson, sobre la patente Terminator original (una tecnología que modifica genéticamente las plantas para que produzcan semillas estériles). Nos llamó especialmente la atención el párrafo 84 de ese crítico informe: "... anticipamos que dentro de tres a siete años habrá tecnologías suficientemente poderosas como para manipular genes endógenos, a través de la intervención molecular (por ejemplo, mutagénesis locodirigida; recombinación homóloga), y que es preciso una actitud activa para tomarlas en cuenta a fin de prevenir las tendencias en las Tecnologías de Restricción del Uso Genético (GURT). Consideramos que esas nuevas tecnologías moleculares para la manipulación genética serán más robustas y penetrantes, pero al mismo tiempo mucho más difíciles de detectar y controlar, debido a la naturaleza sutil y posiblemente no- transgénica de los cambios realizados." (Las cursivas son del autor). La traidora Al tiempo que se presentaba ese informe, RAFI descubrió una nueva patente del tipo Terminator (la número 31) concedida a la Universidad de Purdue con fondos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Esa patente afirma que el carácter suicida podría ser suprimido por varias generaciones antes de ser activado por un inductor químico remoto. Las afirmaciones de Purdue evocan un escenario perverso en el que la secuencia suicida permanecería inactiva mientras se rociara sobre el cultivo un determinado elemento químico (por ejemplo, un herbicida), quizás incluso varias veces durante la época de crecimiento. Si ese elemento químico no se aplica o se niega su presencia malévolamente, el cultivo produciría semillas estériles. De hecho, el carácter activado o desactivado por el inductor químico externo podría estar codificado para atacar de inmediato el cultivo presente: reducir el contenido proteínico del arroz, elevar el nivel de cianuro en la yuca o mandioca, o hacer que el trigo germine prematuramente, por ejemplo. Eso es la Tecnología Traitor (traidora). También se trata de una investigación en guerra biológica ofensiva, en contradicción con el Tratado sobre Guerra Biológica de 1972, propuesto y adoptado en primer lugar por Estados Unidos. ¿Llegará esto a ocurrir alguna vez? En Montreal, 108 gobiernos discutieron entre adoptar una resolución noruega que pedía una moratoria en la investigación y las pruebas de campo de Terminator o aceptar una de Gran Bretaña que resulta prácticamente lo mismo sin emplear la palabra "moratoria" que tiene tanta carga política. Durante el debate, la delegación de Estados Unidos amenazó abiertamente a los otros países con represalias económicas y posiblemente también de la OMC si impedían la comercialización de Terminator en sus territorios soberanos. Floyd Horn, del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, quien está tan preocupado con el agroterrorismo, no sólo apoyó la tecnología Terminator, sino que su oficina encabeza el trabajo sobre los hongos convertidos en armas en Colombia.6 En un mundo en el que un puñado de empresas trasnacionales dominan la biotecnología agrícola, en un mundo en el que la tecnología Terminator es la plataforma sobre la cual se emprenden todos los nuevos experimentos de mejoramiento biotecnológico, no es difícil creer que las empresas o los gobiernos usen la tecnología para imponer su voluntad. Una disputa sobre el comercio de textiles con el sur de Asia, por ejemplo, podría conducir a que Estados Unidos negara el permiso de exportación de un herbicida modificado necesario para asegurar el rejuvenecimiento de las semillas de algodón portadoras de la secuencia Terminator. Una disputa con Francia sobre aceites vegetales podría provocar la misma amenaza contra los cultivos franceses de maíz BT. La cosecha de soya de Brasil --uno de los principales competidores de los procesadores estadunidenses-- quedaría indefensa si el fitomejorador de soya de Estados Unidos --o el gobierno de Estados Unidos-- no entregara el "protector" químico esencial. El ecoterrorismo podría resultar mucho más barato y rápido como medio para resolver disputas comerciales que los procesos de arbitraje de la OMC, que son largos e inciertos. En los setenta, un secretario de Agricultura de Estados Unidos, nombrado por el mismo presidente que desmanteló en forma unilateral depósitos de armas biológicas, se sintió, sin embargo, autorizado a reconocer que la alimentación es un arma política. Esa idea sigue vigente. Richard Jefferson y sus colegas reconocieron, en su informe al Convenio de Biodiversidad, que la tecnología Terminator demuestra que es posible "apagar" y "prender" características de las plantas. Desde luego, la característica más evidente, comercialmente hablando, es la capacidad o incapacidad de la planta de tener descendientes fértiles, pero el control remoto de esa característica no es particularmente atractiva desde el punto de vista militar. Como la cosecha sembrada se puede cultivar y consumir, nadie pasará hambre hasta el otro año. Como castigo es lento, y da al adversario varios meses para buscar otra fuente de semillas (o de alimentos). Sin embargo, si esa característica se puede utilizar para gobernar el valor del cultivo actual, el valor militar de Terminator puede ser enorme. Por ejemplo, si elementos químicos externos (aplicados o no) pudieran controlar los niveles de proteínas o la producción de carbohidratos, ser causa de germinación o reorientar la energía de la planta hacia el desarrollo de hojas en lugar de semillas, eso podría resultar devastador para el cultivo. Esa es la verdadera amenaza. Es mucho más seria que alguien discutiendo sobre el ántrax en un café. Pero es una amenaza que sólo puede ser llevada a la práctica por gobiernos o empresas con ayuda de fitopatólogos. Durante la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996, Estados Unidos sostuvo que el derecho a la alimentación no debía formar parte de la declaración final. Finalmente, fue derrotado. Sin embargo, Estados Unidos ganó la discusión acerca de que los estados soberanos no necesitan ser autosuficientes en alimentación si son capaces de autoabastecerse, es decir, si están en condiciones de comprar la diferencia entre la producción nacional y la necesidad nacional de consumo. Ahora, con la Tecnología Terminator, los países con déficit alimentario enfrentan la posibilidad de que su producción nacional pase a ser totalmente dependiente de las exportaciones extranjeras de inductores químicos esenciales. La tecnología Terminator amenaza la vida y la subsistencia de mil 400 millones de personas, cuya seguridad alimentaria depende de las semillas guardadas por los agricultores pequeños. La exportación de semillas Terminator debería ser cuestionada bajo la Convención de Armas Tóxicas y Biológicas y también bajo el artículo 2 de la Convención sobre el Genocidio.* Extractos del documento El Siglo ETC editado por la Fundación Internacional para el Progreso Rural, ahora llamada Grupo de Acción ETC, y la Fundación Dag Hammarskjöld, publicado en mayo de 2001. Los blancos del agroterrorismo Los cultivos y los agentes patógenos que podrían ser utilizados como armas: Cultivo Región(es)PatógenoComentario Cultivos alimentarios básicos Frijoles, soya, cacahuate, girasol, verdurasMundoSclerotinia sclerotiorumAlto potencial militar. Este hongo causa podredumbre o moho en muchas especies, con excepción de cereales y plantas leñosas. Sumamente destructivo por ser una enfermedad que se transmite por el aire y se aloja en la semilla. Papa, tomateMundoPhytophora infestansBajo potencial militar. Es transportado por la lluvia, el viento y las heladas tardías. Es extremadamente destructiva. Papa, tomate, tabaco, plátano Mundo, excepto SudaméricaPseudomonus solanacearumAlto potencial militar. Material bacterial pegajoso sumamente destructivo. Se transmite a través de material infectado y por otros medios. No hay defensa efectiva. Maíz, caña de azúcar, gramíneas Africa, Asia, Australia, Sur y CentroaméricaXanthomonus albilineansMediano potencial militar. La bacteria quema la hoja Caña de azúcarIslas de Asia, Pacífico SurVirus de Fiji de la caña de azúcar Mediano potencial militar. Virus difundido por plantas infectadas. Es altamente destructivo. Caña de azúcarMadagascar China, IndiaPuccinia erianthiBajo potencial militar. Ataca a la hoja. Es transportado por el viento pero requiere de una temperatura específica. Existen variedades resistentes. Cereales (incluyendo 40 géneros de gramíneas)Mundo, excepto Australia y SudáfricaPuccinia striformisMediano potencial militar. La roya amarilla y rayada es muy destructiva y puede ser transportada a grandes distancias por el viento. TrigoMundoTilletia tritici Mediano potencial militar. Hongo que causa tizón, mal olor y achaparramiento con seria pérdida de rendimiento. Trigo, triticale India, Paquistán, Irak, Afganistán, México, BrasilTilletia indicaEscaso potencial militar. Causa tizón (Bunt Karnal), es moderadamente destructivo y se difunde a través de las plantas y el suelo infectado. Trigo, cebada MundoPuccinia graminisMediano potencial militar. La roya negra o del tallo es sumamente destructiva pero existen variedades resistentes. Es transportado por el viento. Arroz MundoPyricularia oryzaeMediano potencial militar. Es sumamente destructiva y es transportada por el viento. Existen variedades resistentes. Arroz MundoCochliobolus MiyabeanuEscaso potencial militar. Hongo de mancha café controlado por fungicidas. Hay variedades resistentes. Cultivos industriales (o no alimentarios básicos) Cítricos (especialmente toronja)Africa, Asia, Australia, SudaméricaXanthomonus campestris pv. CitriMediano potencial militar debido a la inestabilidad de la bacteria (cancro cítrico). CítricosSudáfricaEnf. bacteriana de cítricos verdesEscaso potencial militar. Necesita insecto vector y condiciones climáticas. CaféSureste asiático, Centro y SudáfricaVar virulans,Colletotrichum coffeanumMediano potencial militar. Podredumbre fúnguica, muchos vectores. PinoMundo Dothistromia piniMediano potencial militar. Causa tizón. Es transportado por el viento o por las semillas. Puede ser sumamente destructivo. Manzana, pera, membrillo.Norteamérica, Norte de Africa, Europa, China, Japón, Nueva ZelandaErwinia amylovoraMediano potencial militar. Es transportado por agua e insectos. Es sumamente destructivo. Centroamérica, Tizón de fuego. Caucho Zona tropical y CentroaméricaMicrocyclus ulciBajo potencial militar. Tizón aerotransportado sumamente destructivo, pero es inestable y de Sur requiere una temperatura y una humedad específicas. Notas 1. Rogers, Paul; Simon Whitby y Malcolm Dando, "Biological Warfare Against Crops", Scientific American, junio de 1999, p. 70-75. 2. The British Medical Association, Biotechnology; Weapons and Humanity, cit., p. 12-13. 3. Comunicación personal con Edward Hammond, 6 de agosto de 1999, con base en su investigación y en un trabajo en preparación. Ese trabajo estará disponible en la red. 4. Goldstein, Steve, "US could face new terror tactic: Agricultural Warfare", Inquirer, Washington Bureau, 22 de junio de 1999. 5. Comunicaciones telefónicas con Simon Whitby y Malcolm Dando en la Universidad de Bradford, 22 y 24 de junio de 1999. 6. Comunicación personal con Edward Hammond. _______________________________________________ Nettime-lat mailing list Nettime-lat@nettime.org http://amsterdam.nettime.org/cgi-bin/mailman/listinfo/nettime-lat